«Desapariencia» – artista cubana Mabel Poblet

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Con tan solo 27 años, Mabel Poblet es considerada una artista emergente, con un currículum internacional hecho y una carrera plástica prometedora. Su obra ha sido premiada en salones y certámenes cubanos e internacionales y sus obras ya son adquiridas por importantes coleccionistas e Instituciones como CIFO-Cisnero Fontanals Art Foundation, Estados Unidos; la Fundación Brownstone de Paris, Francia, entre otras.

En palabras del Crítico y ensayista Andrés Isaac Santana: “la obra de la joven artista cubana Mabel Poblet supone, más que nada, un ejercicio de honestidad crítica dador de un compromiso expresivo en extremo particular y claramente audaz. (…) Muchas piezas dentro de su corta pero intensa trayectoria, dan fe de un fenómeno perfectamente sensible y que se refiera a la importancia que concede al espectador, a ese momento de la observación que se traviste en un acto co-creativo y de participación expandido. En parte, y tensando la interpretación de este hecho, en su caso, se relaciona con la idea de cambio y de modificación constante que altera el perfil y los cimientos de cualquier identidad. Ella misma ha sido “el objeto” de infinitos cambios y de sucesivas pérdidas en el contexto de su vida personal. (…).”

En relación a su trabajo Mabel Poblet ha comentado: “La mayoría de mis obras parten de hechos auto-referenciales, por lo que en algunos casos corro el riesgo de no ser totalmente comprendida por el público promedio. Parto de una visión intima de mis propias experiencias personales. Sin embargo, pienso que como seres humanos que vivimos en una sociedad única, coincidimos en muchas vivencias, y aunque los protagonistas no seamos los mismos, las experiencias cotidianas resultan comunes”

Mabel Poblet: “La luz de los espejos”

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Por: Roberto Chile

 Siento predilección por el arte que acaricia las pupilas y, a la vez, moviliza las neuronas; el arte que provoca y atrae, el que nos conduce de la duda a la certeza, o viceversa, y al final nos enciende o apaga alguna luz. Tal vez por eso, esa atracción por la obra de una joven que, con sólo veinticuatro años de edad, ocupa ya un lugar estimable en el panorama artístico cubano. Me refiero a Mabel Poblet, o simplemente, Mabelita.

No hay pieza salida de sus manos que cruce indiferente ante ojos y corazones sensibles. Finas facturas y afiladas ideas se ensamblan para conmover. El camino ha sido trazado silenciosamente: en la punta de sus dedos la flecha que dará en el blanco; tendido el hilo que correrá el telón de nuestros laberintos; púrpuras los labios que se juntarán para morder o besar, callar o decir, recibir u ofrendar.

Todo lo puede el amor. El arte, también. ¿Qué no podrá entonces quien conquiste los designios del corazón y los misterios del alma? Nada resultará ajeno a la artista. Sus alas batirán en las alturas y dejarán tras de sí el aroma de su cuerpo, los gemidos de su espíritu, la luz de sus espejos. Al final del camino una llave abrirá todas las puertas. Sueños, memorias, clamor y añoranzas. La bala como piedra en su cárcel. Poesía que burla la muerte. Rostro dibujado en el tiempo. Para siempre.

-Mabelita, a pesar de tu corta edad, ya eres una artista reconocida. Tu obra es aceptada tanto por el público como por la crítica especializada. ¿Cómo conjugas idea y forma?

-La idea y la forma son indisolubles. No priorizo ni una ni la otra. Trabajo en función de las exigencias de la obra como un todo. El arte me posibilita los medios visuales para la exteriorización de las ideas y los sentimientos. En cambio, la objetualidad estética me da la libertad para adentrarme en el camino de comprender y mostrar las diferentes interpretaciones de un acontecimiento, desde una visualidad que se basa esencialmente en la fragmentación de imágenes u objetos, el juego temporal, y en algunos casos, la cinética.

Aunque trabajo con la misma metodología de mis inicios, ya no concibo la obra a partir de hechos auto-referenciales como antes, tomo como punto de partida historias de otras personas donde lo cotidiano, lo íntimo y lo privado, sean parte de todos. Me interesa la vincular, unir, dos historias paralelas distantes entre si. Un ejemplo es “Norka 2010″, obra que formó parte de la exposición “Sencillamente KORDA” a la cual me convocaste.

-¿Por qué esa predilección por las técnicas serigráficas, las cajas de luces y la fotografía?

-La fotografía me permite reconstruir sucesos, que sirven como recordatorio de imágenes de familiares ausentes, difusas en mi mente por el transcurrir del tiempo. La serigrafía es una técnica del grabado, muy eficaz para la reproducción seriada de esas fotografías, la cual ofrece inmediatez y permite manufacturar la obra. Por su parte, la utilización de la luz emana un misticismo, al tiempo que establece un juego ilusión-realidad, que al menos a mí, me seduce.

-En cualquiera de tus obras hay un mensaje claro y profundo. ¿Crees que la gente te entiende o te conformas con que te acepten?

-La mayoría de mis obras parten de hechos auto-referenciales, por lo que en algunos casos corro el riesgo de no ser totalmente comprendida por el público promedio. Parto de una visión intima de mis propias experiencias personales. Sin embargo, pienso que como seres humanos que vivimos en una sociedad única, coincidimos en muchas vivencias, y aunque los protagonistas no seamos los mismos, las experiencias cotidianas resultan comunes.

-¿Cuánto puede influir un artista y su obra en su entorno social?

-Las artes plásticas, tanto como la música, la danza y la literatura, son medios de comunicación que transmiten información, y también, sentimientos. Refiriéndonos a las artes en general, los artistas, partícipes de ellas, tenemos la posibilidad de comunicarnos con los demás con mayor sutileza, y al establecer una comunicación, ya sea a través de una imagen, sonido o texto, proponemos un diálogo, e instintivamente, provocamos pensamientos, reflexiones y sensaciones diversas en el receptor. Indudablemente, el contenido del arte repercute en el entorno social, ya sea desde una perspectiva crítica o placentera.

Mabel Poblet 
Cienfuegos, 1986

Egresada de la Academia Nacional San Alejandro con Título de Oro. Graduada del Taller de Acto de Conducta Tania Bruguera. Actualmente cursa estudios en el Instituto Superior de Arte (ISA). Inventario (2010), Un sueño Real (2009), Mirando adentro (2008), Abacos (2007), Works on Paper and Sculpture (2006) y Lugar de origen (2006), son los títulos de sus exposiciones personales, dos de ellas presentadas en Nueva York, Estados Unidos, y cuatro en La Habana, Cuba. Ha participado en 16 exposiciones colectivas en Cuba, Estados Unidos, España, Portugal y Ecuador. Ha recibido premios en salones, certámenes y otros eventos nacionales. Es miembro de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba.

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